Clau Molestina y José “El Gringo” Cobo nos cuentan sobre Casitagua Hike & Fly, la escuela de speedfly que te enseña a volar en la costa y sierra ecuatoriana.
Cuéntenos un poco más sobre ustedes y cómo empezaron a volar.
Gringo: “Lo mío empieza porque a mí siempre me han gustado los deportes de aventura.”
En el colegio, el Gringo empezó a montar bici y a practicar ciclismo de montaña. Ese deporte le daba la oportunidad de salir de su casa a pasear y fueron esas salidas en bici las que le llevaron a descubrir la escalada en roca. “En los 90 ‘s no había quién te enseñe a escalar pero ahí creo que es importante la personalidad que tengo yo…” “Dije “yo quiero hacer eso y lo voy a hacer.”” Mientras indagaba lo poco que había en revistas sobre la escalada en roca, en sus viajes de bici, iba explorando lugares donde potencialmente podría escalar.
Al poco tiempo el Gringo fue a visitar a su hermana que vivía en Indiana. Ella le llevó a un muro de escalada en un mall. Mientras observaba a otros escaladores, el Gringo aprendió a ponerse el arnés y a dominar los nudos necesarios. Para costear su propio equipo, le propuso a su hermana pintar su casa y cortar el césped de su jardín. De ahí “vine con mi equipo acá y no tenía nadie que me enseñe pero tenía un libro de nudos y de cómo hacer las cosas de manera segura y empecé a hacer escalada con mis amigos. Me gustaba llevar a mis amigos más que meterme en clubes, me gustaba descubrir a mí mismo los deportes.”
Ya inmerso en el mundo de la escalada en roca, un día viendo videos, encontró una sección donde hacían paracaidismo en salto base. Y si en algo he podido capturar la esencia de la personalidad del Gringo, no nos sorprendería que en ese instante pensó: “Eso quiero hacer, botarme de puentes y de piedras con paracaídas…”. Pero el salto base parecía muy lejano, necesitabas una cierta cantidad de vuelos en avión, un paracaídas y experiencia que tardaría años en adquirir, especialmente un estudiante.
Durante ese tiempo, en el Banff (festival de cine de aventura), salió uno de los primeros videos de speedfly que había en el mundo. A pesar de que el Gringo había considerado el parapente tradicional, no se veía atraído por su equipo y maletas grandes… todo se sentía muy bultoso. Pero ese primer video de speedfly, en el año 2010, le enseñó una alternativa alucinante: parapentes chiquitos, una maleta pequeña y personas que bajaban la montaña rápido, casi pegados al piso. Una vez más, y pensando en la evolución hacia el salto base el Gringo dijo “eso quiero hacer yo.”
En ese entonces, los primeros vuelos de speedfly se hacían en Europa principalmente y en Estados Unidos. “Me puse a averiguar y no había casi nada de información. Pocas marcas empezaron a sacar sus alas de speedfly y al comienzo te decían que tenías que ser parapentista experto para empezar a volar speedfly. Yo decía “no, tiene que haber una manera de aprender directo” y en eso me puse a averiguar dónde puedo aprender y me metí a buscar escuelas de parapente en Colorado porque íbamos a hacer un viaje de escalada allá.” Se contactó con una profesora de parapente en Boulder y le contó que él y su amigo, ambos escaladores, querían hacer speedfly. Para su sorpresa, ella le dijo que les podía enseñar. Aparentemente conocía a una persona que hacía speedfly, y esa persona era uno de los pioneros de speedfly en Colorado y Utah.
A pesar de que aún tenían que aprender a volar en parapente, la profesora de Colorado creyó que no era necesario que sean expertos para aprender speedfly y en 10 vuelos, les fue bajando al Gringo y a su amigo Jack, el tamaño del ala, hasta que llegaron al ala del Speedfly.
“Y ahí hice mi primer vuelo y dije “wow esto es increíble.””
“Sé que es una inversión fuerte al comienzo ($2000 o un poco más de inversión) pero tu equipo te dura años.” Su primer equipo le duró 6-7 años y de ahí no tuvo que gastar más. Solo era cuestión de subir a la montaña o ir a la playa para volar. “Eso es lo que me encantaba, la simpleza de que puedes volar en cualquier sitio, desde la playa hasta la punta de cualquier montaña.” Mientras que el Gringo pensó que estaba en el camino para hacer salto base, descubrió que el speedfly era más simple, más versátil y más accesible para otras personas. Por su naturaleza, ni bien regresó a Quito, empezó a enseñarles a sus amigos a volar. “Luego, cuando ya estaba de novios con la Clau le dije “yo te puedo enseñar.””
Clau: “Yo entro al mundo del speedfly por curiosidad.”
La Clau salía a la montaña con el Gringo y sus amigos para acompañarles a volar, porque a ella le gustaba subir montañas y bajar corriendo. Nunca se le ocurrió aprender a volar, hasta que un día el Gringo le preguntó si quería. “Y entonces ahí empecé, cuando el Gringo tenía 1 año de experiencia y no conocíamos la mayoría de vuelos que conocemos ahora.”
Practicando inflar el ala por primera vez, sin intenciones de volar aún sino de entender cómo funcionaba, la Clau perdió el control cuando el ala se enfrentó al viento. “Me salí de la trayectoria de corrida y me fui contra unos arbustos y me caí”. Sin antes haber volado, se empezó a cuestionar si el Speedfly era para ella.
Pero aprender a volar se volvió un desafío personal, así que siguió intentando hasta coger confianza y descubrió que sus límites estaban más allá de lo que había pensado. “Me encantó, fue un proceso de autodescubrimiento para mí.” Este proceso de autodescubrimiento la preparó mentalmente para enfrentar desafíos en otros deportes de aventura, enseñándole a manejar el miedo y a confiar en sus capacidades. “Cuando fui a hacer paracaidismo o salto base ya sabía cómo manejar mi miedo. Sentir miedo está bien, me preocupa cuando no lo siento… La clave está en aprender a manejar esos miedos y entender de dónde vienen. A qué se debe… ¿Es un lugar nuevo? estoy volando una nueva ala? ¿Estoy con nervios porque no he volado en tiempos? Eso me encanta.”
¿Qué es el speedfly? ¿Cuál es la diferencia entre parapente y speedfly?
En el parapente, las personas buscan estar más tiempo en el aire… usan alas más grandes y cogen térmicas, para que el viento les suba y así puedan alcanzar altitudes mayores y hacer vuelos más largos. A veces pueden volar horas. El Speedfly en cambio, se practica con alas más pequeñas, ágiles y compactas, cerca del suelo y a mayor velocidad. “En Speedfly quieres que no haya turbulencias y que no haya viento para poder pegarte al piso y que el viento no te mueva sino que tú seas el que maneja todo.” Por esta razón, en la sierra, se vuela temprano en la mañana, antes de que salga el sol y las condiciones se vuelvan desafiantes. Además, el equipo de Speedfly es más ligero y más compacto, ideal para subir la montaña caminando.
¿Cómo empezaron a volar en el Casitagua?
Gringo: “Cuando aprendí a volar, empecé a buscar sitios donde se podía volar. Fui a algunos lugares de parapente pero no encontraba uno que sea lo suficientemente seguro y empinado para el Speedfly. A diferencia del parapente, necesitas un lugar empinado con el aterrizaje pegado a la montaña, para volar cerca del piso y sentir esa sensación de velocidad.”
En su búsqueda, el Gringo se acordó que algunos volaban en parapente en el Casitagua, en el Gavilán. Fue dos veces sin tener suerte, y a la tercera, pudo volar. El lugar era ideal.
“Naturalmente me llamaba ir más arriba.” Asumiendo que habían varios despegues de parapentistas, el Gringo empezó a subir. “Subí, encontré un sitio, y dije este tiene que ser un despegue de parapentes…” Y así siguió subiendo la montaña sin encontrarse con nadie en el camino. En el proceso fue denominando diferentes despegues por niveles: el 1, el 2, el 3, el 4, hasta que eventualmente llegó a volar desde la cumbre.
¿Por qué se llama “Hike & Fly”?
Gringo: “Lo que a mí como escalador siempre me atrajo fue volar desde las montañas.”
Cuando empezó a volar Speedfly en Ecuador, el Gringo asumió que todos los parapentistas ya habían volado desde las montañas. Un día, en una filmación en el Chimborazo donde iba a documentar a Karl Egloff en su intento de hacer el récord, se canceló la filmación porque las condiciones no eran las ideales.
“Con mis amigos decidimos subir a la cumbre y llevé mi parapente para hacer un vuelo. Las condiciones para volar estaban buenas. Subimos a la cumbre más alta y de ahí me regresé a la segunda que se llama Veintimilla porque yo quería despegar ahí por el ángulo.” El Gringo voló y aterrizó en lo que ahora es el Chimborazo Lodge y ahí estaba Marco Cruz, montañista ecuatoriano pionero. Cuando el Gringo le cuenta que acaba de bajar de la cumbre volando, Marco le dice “eres la segunda persona en volar desde ahí.” Se demoró 9 minutos en bajar.
Inspirados a volar desde las montañas
Después del vuelo del Chimborazo, el Gringo hizo un video de su experiencia y hubo un boom. Sus amigos montañistas y personas que hacían parapente se interesaron en volar desde las montañas. “Empecé a enseñarles a escaladores y amigos aventureros que les atrajo volar desde las montañas. Era una rama que no necesariamente es speedflying o parapente tradicional sino una modalidad que consiste en subir montañas con equipo liviano y priorizando la seguridad en el vuelo y la montaña.”
El Gringo quería enseñar, pero veía que no muchos hacían seguimiento a sus lecciones y se descuidaban al auto enseñarse, “les mandaba a que lean libros y practiquen pero no lo hacían y dije “si no hacen su parte esto está peligroso” así que hasta ahí llegó.”
¿De dónde nace Casitagua Hike & Fly?
Cuando llegó la pandemia, durante el encierro, los amigos escaladores del Gringo y la Clau querían salir y encontrar libertad en el aire. Por sus experiencias pasadas, el Gringo y la Clau sabían que si querían enseñar a volar, lo tenían que hacer a través de una escuela donde hubiera estructura y compromiso de los alumnos. Con horarios, clases teóricas y equipos, en el 2020 empezaron con la escuela de vuelo.
¿Por qué es diferente a otras escuelas?
“La mayoría de escuelas aquí están enfocadas en parapente tradicional (cross-country). Nosotros que venimos de una nueva escuela de escalada, montañismo, speedfly y un poco de parapente y paracaidismo, les enseñamos a nuestros alumnos a volar para que luego descubran qué es lo que quieren hacer.” Hasta el momento, Casitagua Hike & Fly ha tenido más de 50 alumnos.
¿Cómo ha sido la experiencia de dar clases?
“Dar clases entre los dos es chévere porque se equilibra la energía femenina y masculina. Los hombres y las mujeres pensamos diferente y eso no es excepción al momento de volar. Los dos hemos aprendido a leer a las personas, entender cómo motivarles, enseñarles y comunicarnos en general. Hemos aprendido a enseñar desde la calma, transmitiendo tranquilidad, repitiendo las instrucciones las veces que sean necesarias y cuidando de la parte emocional de cada alumno. Con los sentidos alerta, nos fijamos en cómo está cada uno y ajustamos nuestros planes para acompañarles de la mejor manera, cuidando de que estén preparados para lo que se están enfrentando.”
¿Cómo son sus cursos? ¿Cómo me puedo inscribir?
En Ecuador, cuando empieza el verano y los vientos fuertes se levantan en la sierra, la costa se convierte en el lugar ideal para volar. El curso inicial de Casitagua Hike & Fly es en la costa, donde el viento te ayuda a aprender, es más amigable y te permite despegar sin tener que correr tanto.
“Aprender de 0 en la Sierra es muy hostil. Por eso, el curso inicial es en la Costa. Es un curso intensivo que dura 4 días. Cuando empieza la temporada de viento (en los meses de julio a noviembre / diciembre) hacemos los cursos, normalmente en julio o agosto por las vacaciones.”
Los cursos que dan el Gringo y la Clau no necesariamente son cursos de speedfly o de parapente, son cursos para aprender a volar. “Según tu talla y según el viento, te vamos a enseñar en un ala más pequeña o más grande. Tenemos equipos para todo. Les vamos a enseñar las bases que les van a servir para cualquier rama que quieran hacer. Es como la bici, si quieres hacer downhill, cross country o ruta primero tienes que aprender a subirte a la bicicleta.”
Los primeros días consisten en clases teóricas y prácticas. Los alumnos empiezan a practicar “kiting” en la tierra, usando el parapente como si fuera una cometa para practicar el despegue. “A veces les jalamos un poquito en plano para que sientan la sensación de despegue.”
Para el tercer día, empiezan los vuelos. Un instructor les acompaña en el despegue y otro en la playa para el aterrizaje. Los alumnos vuelan con radio y los instructores les acompañan durante su vuelo. “De ahí en adelante tratamos que hayan diferentes tipos de vuelo (con más viento o menos viento). Alcanzas a hacer entre 5-8 vuelos dependiendo de las condiciones.” Una vez que hacen sus primeros vuelos, regresan a la playa a seguir practicando.
“Nos enfocamos en que los estudiantes tengan despegues y aterrizajes seguros entonces después de que practican kiting en la playa les llevamos a practicar el kiting en el despegue.” Sin volar, los alumnos practican kiting en un espacio reducido junto al acantilado y con la supervisión de los instructores, para que se acostumbren a maniobrar el ala antes de despegar.
“Volar en realidad es fácil, volar en condiciones de viento suave o sin viento es fácil, el parapente es seguro y te vas a poner debajo del parapente. Pero para el despegue, tienes que saber si puedes volar y debes poder controlar el ala.”
Una vez que termina el curso de la costa donde los alumnos aprenden a volar solos y con viento, aquellos que quieren continuar con el deporte, se suman a las clases de la temporada de la sierra. “Damos clases por la mitad del mundo, usualmente desde el mes de Noviembre. Han pasado unos meses (desde el curso de la playa) pero tu cuerpo se acuerda de todo. Recomendamos por lo menos 4 clases en la Sierra antes de empezar a volar por tu cuenta. Después de practicar en un lugar conocido como los proximities vamos al Casitagua y ahí es la graduación.”
Nosotros ponemos fechas y anunciamos nuestros cursos en Instagram y próximamente en la página web.
¿Para quién es Casitagua Hike & Fly?
Es casi para cualquier persona. “Para nuestros cursos iniciales no necesitas experiencia, solo tienes que ser mayor de edad y tener buen estado físico… vamos a caminar y si es que progresas y quieres volar en la sierra es importante complementar los vuelos con actividad física.”
Algo interesante es que en los cursos de Casitagua Hike & Fly han participado la misma cantidad de mujeres que de hombres, y en los últimos cursos las mujeres han sido la mayoría. “Es chévere que cada vez haya más mujeres en deportes de aventura y nos hace feliz que la Clau sea una de las profesoras porque creemos que es importante verse representada como mujer y saber que aprender a volar es algo que está disponible para ti.”
¿Qué equipo necesitas para el curso?
Para el curso, puedes llevar tu casco, pero si no lo tienes, Casitagua Hike & Fly te da el casco, el arnés y el ala (el tamaño del ala que uses para aprender a volar depende de tu talla y de las condiciones climáticas). “Además, si al finalizar el curso quieres seguir volando, como somos distribuidores de Ozone (marca que fabrica alas de speedfly y parapente), tenemos equipo para kiting y para principiantes. Si te animas, te podemos alquilar o vender los equipos con los que aprendiste o te puedes pedir tu propia ala con nosotros (y recibirla en aproximadamente 40 días).
¿Qué pasa cuando terminas el curso?
“Una vez que haces el curso en la Costa, te invitamos a sumarte a las clases más avanzadas en la Sierra.” Por lo general, en la Sierra se necesitan un mínimo de 4 clases, pero depende del nivel al que estás aprendiendo y el nivel de confianza que sientes. “Cuando vemos que ya están listos y pueden volar por su cuenta les invitamos a venir con nosotros a volar (ya fuera de las clases) pero también les motivamos a que vayan a volar solos.”
En este deporte, hay quienes después de tomar el curso deciden que fue una experiencia increíble y que están felices con haber aprendido a volar pero no quieren seguir haciéndolo. También hay quienes quieren continuar con el speedfly o el parapente y volar esporádicamente o de manera constante. Estos alumnos por lo general compran su propio equipo, pero hay quienes vuelan esporádicamente y prefieren alquilar el equipo cuando lo necesitan.
“Sin importar cuál sea tu camino, una vez que termines tu curso en Casitagua Hike & Fly vas a ser parte de una comunidad- una comunidad de voladores que buscan apoyarse y aprender unos de otros. No vas a encontrar un ambiente de competencia, sino un grupo que te motiva y te impulsa a mejorar. Nos ha pasado que salimos a volar en grupo y vemos a los alumnos que tienen más experiencia, ayudar a nuestros alumnos más recientes.”
¿Qué le dirías a una persona que está interesada en aprender a volar, pero tiene miedo?
“Hay un mito de que volar es un deporte peligroso porque “viene un viento de la nada y te bota al piso” pero en realidad más de 90% de los accidentes se dan por culpa del piloto (o se conectó mal, o estaba distraído, o quizás salió a volar en condiciones que no debía). Este deporte es súper seguro si tú eres precavido.Hay que analizar bien las condiciones. Mantenerte en tu nivel. Practicar. Aprender a manejar ese miedo. No saltarte pasos. Recordar que hay como volver a las bases. Reconocer cómo te sientes y saber que el miedo no se va, pero aprender a identificar de dónde viene. Saber cuándo parar y cuándo empujarte.”
Y tú, ¿te animarías a aprender a volar?
Fotografía: Alegría Molestina, Anna Nicole Arteaga, Andrés Molestina.